Una persona ha muerto y veinte han resultado heridas hoy por la explosión de una conducción de vapor subterráneo en el centro de Nueva York.
El siniestro se produjo frente al edificio Chanin, en el número 122 de la calle 41, en el este de Manhattan, a las 18.00 hora local, muy cerca de la estación Grand Central de trenes y del emblemático edificio Chrysler.
Según las autoridades, la explosión fue debida a una excesiva condensación de vapor en una conducción subterránea de unos 50 centímetros de diámetro, instalada en 1924, que provocó un gran socavón y una densa humarada visible en toda la ciudad.
Por el sistema de alcantarillado y otras conducciones subterráneas salen a las calles de Nueva York millones de litros de vapor procedentes de los sistemas de aire acondicionado y de calefacción de los edificios de la ciudad, que cuenta con algo más de 8 millones de habitantes.
El exceso de condensación en esas conducciones de vapor ha ocasionado en más de una ocasión algún incidente, como el ocurrido en 1989 cuando una explosión similar causó la muerte de tres personas y numerosos daños materiales en edificios.
La explosión se produjo en hora punta, cuando miles de ciudadanos se dirigen a la estación de Grand Central al terminar su jornada laboral para regresar a sus casas en el mismo estado de Nueva York y en el vecino de Connecticut.
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